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El gas butano-propano tiene mayor poder calórico que el metano, de modo que cocinas alimentos y calientas agua del bóiler en menor tiempo. Igual, la secadora
de gas natural tarda un poquitín más que la que trabaja con LP.
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Al venderse embotellado, el gas LP sigue siendo muy versátil y útil en usos en despoblados, asadores y aun en calentones portátiles, e igualmente para soldar
en trabajos de herrería u otras reparaciones.
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El gas natural no llega a todos los sectores de una ciudad, a diferencia del LP.
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Como predominan las compañías gaseras de LP, cada vez ofrecen mejor servicio.
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En ocasiones el precio del gas LP se halla ligeramente abajo que el del gas natural, aunque esto es muy fluctuante.
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En el mercado predominan aparatos domésticos fabricados de origen para gas LP.
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El gas LP requiere estar almacenado a presión en cilindros de acero. De modo que ofrece más riesgo de fugas, algún flamazo y en casos extremos
explosión.
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Al ser más pesado que el aire (de1.8 a 2.3 de densidad relativa), en caso de fuga el gas LP se acumula en el piso –invisible, y se comporta como si fuera
agua--, con el lógico riesgo.
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Los cilindros de acero (todos) tienen una caducidad de 10 años, al corroerse los cordones de soldadura en su interior y que por consiguiente degeneran en una
mayor probabilidad de fugas y de resistencia estructural a la presión. De hecho todos tienen marcada esa fecha, que debe ser respetada.
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El uso y re-uso constante de cilindros va deteriorando válvulas, uniones y mangueras.
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En climas de frío extremo (heladas de -3 a -14°C y más fríos) se dan fallas en las llamas de estufas y bóileres debido a la congelación de los múltiples
componentes del gas comprimido a presión en el cilindro y que se encuentran en estado líquido.
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